sofá

Cómo elegir un buen sofá

Dicen que cada genio que nos ha alumbrado en alguna ocasión con una de sus brillantes ideas, siempre tenía un lugar de relax especial para hacerlo, y actualmente, el lugar del descanso más utilizado es el sofá. El reposo es uno de las prácticas saludables que casi todos, en menor o mayor medida hacemos o necesitamos hacer, es por ello que el sofá ocupa una parte importante de nuestro hogar, un lugar preponderante en nuestro salón, y siempre nos acordamos de él a la hora de nuestro pequeño o gran descanso.

Un poco de historia del sofá

El sofá tiene una evolución que nos habla de la vida nómada a vivir más anclado a un lugar en concreto más duradero, más estable y confortable. El vocablo “sofá” nos viene del árabe “souffah” o banco para sentarse. Asientos suntuosos únicamente para la nobleza, reyes o faraones. Más adelante lo incorporaron los romanos, aunque siempre reservado a las clases altas o élites quienes podían permitirse este novedoso mobiliario. Poco a poco en Europa los diseñadores comenzaron a realizarles rellenos con plumas, musgo seco y palos o cañas para llegar a ser el sofá como lo conocemos hoy en día.

El sofá, el centro de atención del salón

Seguramente el salón está considerado la más importante de las habitaciones de la casa, y el sofá ocupa la mayor parte de este. Estéticamente, nos ayuda a conciliar los diferentes objetos que formen parte del salón, y para seleccionar el más adecuado, lo primero es que en él se conjuguen comodidad, estética y resistencia, y algunas reglas de oro :

  • Los expertos estilistas hablan de colores de tierra como son los beigs o colores crema, marrones y naranjas, ya que estos tonos conjugan perfectamente con cualquier estilo y color del resto del mobiliario.
  • Es importante que los reposabrazos estén también forrados o en definitiva sean mullidos, esto hará más confortable el reposo o descanso, tanto a la hora de extender tus brazos, como cuando decidas tumbarte y usar esta parte del sofá como apoyacabezas.
  • Si tu espacio para colocarlo es amplio, puedes optar por dos de varias plazas, o incluso un chaisselonge.

Los hay con respaldo reclinable o asientos abatibles, ideales para tener tu descanso merecido sin necesidad de ocupar todo el diván en conjunto, incluso comparténdolo con otras personas.

    • La estructura o armazón, es lo que da fortaleza y aguante al sofá, comprueba que tiene un buen anclaje, y si tiene añadido una zona para proteger los riñones o riñonera, será mucho más placentero a la hora de relajarte sentado.

Siguiendo estas pautas, podrás tener el sofá que te acompañe a tí y a los tuyos en momentos diferentes o actividades diversas, tanto en conjunto como de manera individual.

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